Fantasia y locura

Levantate-se dijo-, no dejes que el sopor se apodere de ti.

-Cada mañana lo mismo, a las 6:00 pm, el momento en el que podia ser persona durante algo mas de una hora, cuando los calmantes y el dolor se neutralizaban entre si.

Al principio nisiquiera se levantaba, solo esperaba la siguiente toma, le daba miedo ser un peligro para los demás, pues ciertamente lo era para si mismo, pero su vida asi habria sido muerte y se dio cuenta. Asi que decidio ser persona, o por lo menos aprovechar esa hora larga para demostrarse a si mismo que lo era.

Asi que cada tarde, dia tras dia, luchaba para levantarse, y comenzaba su rutina. Se repetia a si mismo lo que iba haciendo para mantener alejado lo que pudiera distraerle:

1.- Masturbacion, para darse cuenta de que quedan cosas buenas, y disfrutar del momento de lucidez adormecida, produciendole un extasis que le limpiaba la mente de las alucinaciones producidas por las pastillas.

2.- Escritura, tecleaba compulsivamente en su maquina de escribir, para dejar constancia de que habia estado alli, de que existia, cuando alguien entrara en su morada-encierro, de la que el era el unico carcelero.

3.- Ducha, para quedar limpio de los dulces momentos de cordura que habia disfrutado, y sumirse en el sueño que le quitaba la vida.

Despues de esto se tomaba su racion de drogas, que embotaban su sistema nervioso para volver a robarle hora tras hora de vida, hasta que llegase el dia en que el mundo le dajaria tranquilo para poder descansar de verdad, dejando de preocuparse por lo que su mente pudiera o no hacer.