domingo, 27 de noviembre de 2011

Lyrics in my underwear.


Y allí estaba, en el baño del instituto, comiendo percebes alumbrado únicamente con una vela. Todo tan jodidamente extraño, pero a la vez enriquecedor. De vez en cuando echaba un vistazo por debajo de la puerta para comprobar que estaba solo, que nadie invadiría su paz con estúpidas preguntas sobre el sinsentido de su vida.

Y así estuvo, pensando en la vida, y en cosas mas trascendentales que vosotros, hasta que se acabo el plato de percebes al vapor, y se decidió a salir del cubículo en el que se encontraba el retrete. Mas cuan grande fue su sorpresa cuando al abrir la puerta no encontró los lavabos como de costumbre, sino una pared de ladrillo, perfectamente construida y con el hormigón ya fraguado. Pensó en escapar de allí saltando por encima, pero entonces se dio cuenta de que el muro llegaba hasta el techo. -Si que estaba abstraído comiendo percebes, madre mía...-pensó, mientras buscaba otra solución. Se le ocurrió gritar, pero le daba cierta vergüenza que le encontraran atrapado en el baño por un muro que ni siquiera llamó a la puerta para ver si molestaba al instalarse allí.

De modo que un rato después de estar dándole vueltas al asunto, decidió ponerse la música y sentarse a esperar.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Gertrudis, la verdulera subnormal.


No podía ser más indie, defendía a muerte la primera edición de OT, no renegaba de Vetusta Morla y pensaba que con Franco estábamos mejor

Y con todas estás cosas en la cabeza, y sin que nadie la mirase raro por ellas, se encontraba calentando la voz en la trastienda de la frutería, que había heredado cuando tu tía-abuela Gertrudis, Gus para los amigos murió de una sobredosis de manzanas. Y como no había terminado ni la ESO la muy zorra, decidió que vender fruta sería su obligación a partir de entonces, ya que no podía aspirar a nada mejor, así que respiró hondo, se arremangó el delantal y salió al área mas próxima a la calle para gritar como una energúmena los precios de las verduras.

Pasaron unos minutos, siglos quizás, en los que todo transcurrió de forma normal, pero entonces, de repente...

martes, 22 de noviembre de 2011

Quiero saber más de ti.


Quiero conocerte. Saber más sobre ti. No hacerte odiarme, como suelo hacer. No quiero nada más, al menos de momento, y, aunque es cierto que me gustaría abrazarte, y besarte, y esas cosas, no es algo que necesite. No, solo necesito saber más de ti, pues me tienes tan intrigado que pierdo la concentración, y me pierdo.

Solo dame algo de tiempo.

domingo, 20 de noviembre de 2011

OFÚ.


AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGG JOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOODEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEERRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRrr

viernes, 18 de noviembre de 2011

Are you ready? Me neither


No tener nunca razón.
Equivocarte en todo.
Que cada paso que das sea un cruel error.
Caerte y llevarte a los demás en el proceso.
Meter el pié en la zanja y salpicar de barro a los demás.

Coño, todo esto es tan hermoso.


miércoles, 16 de noviembre de 2011

Tetas y culos y culos y tetas.


Un poco de sol, un poco de fiebre, un poco de "aerolíneas federales".

¡¡ODIO ESTAR MALO!!

lunes, 14 de noviembre de 2011

Charcos.


Ha llovido, y sales a la calle.
Te embarga el olor de la lluvia, ese olor a humedad, ese olor a vida, el buen olor. Disfrutas a cada paso, lo dejas correr dentro de ti.

Y entonces llega lo mejor. Algo de buena música recién descubierta, y un montón de charcos por pisar. Te pones perdido, saltas, gritas, chapoteas, eres feliz, corres, dejas de preocuparte, solo te dejas llevar, los problemas desaparecen, tropiezas, ríes, y sabes que te la vas a cargar, que estás lleno de barro, pero de perdidos al río, te revuelcas por la hierba húmeda que ha salido en ese descampado..., hasta que te quedas sin fuerza y sin voz.

Vuelves a casa empapado, te duchas.
Dejas que el calor del agua corra sobre ti, reconfortante.
Una de las mejores tardes desde que tienes 20 años.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Caminar...


Construyamos una destartalada cabaña para pasar esta tarde de domingo, como cuando éramos niños. Revolvamos el campo en busca de cuatro piedras, y sentémonos al sol que entrará por esa gran ventana que serán nuestras paredes. Gritemos al mundo que somos felices con solo nuestra compañía, hagamos ver a todos que la alegría está dentro de cada uno, y que la confianza es el mejor camino para encontrarla.

Ser tú mismo, ser feliz con ello, y que le den por culo al mundo si no le gusta.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Alguien durmiendo en el suelo.


Se despertó.

Vasos rotos, cenicero lleno, alguien durmiendo en el suelo. El sol estorbando como siempre. Olor, mal olor.

Abrir para ventilar, sortear diversos obstáculos, extraña mancha amarillenta en la mesa. Rascarse los ojos, buscar algo, sin saber necesariamente que.

Encontrar pantalón, tropezar..., quitarse algo pegajoso del calcetín. Camiseta, una camiseta, no es tu camiseta, vale.

Salir, el sol quema, viene la resaca, aún no duele. Dolerá. Intentar abrir la puerta. Intentar abrir la puerta. Intentar abrir la puerta. Abrir la puerta.

Ducha, cama, la resaca está aquí. Extraños sueños, sudor. Sed, orín, sed, hambre.

FIN

martes, 8 de noviembre de 2011

Waiting for nothing.


Se encendió un cigarro, y tras la primera calada, se quedó allí, mirando al frente, observando con tranquilidad como se ponía el sol. Se podría decir que estaba esperando, pero realmente no esperaba nada, solo disfrutaba del avance inexorable del tiempo.

Esos eran sus momentos favoritos, pues se deshacía de todas las prisas y agobios, del bullicio de la gente, del malestar que le generaba la gran ciudad. Allí, en aquel descampado, sin hacer nada, se sentía libre, y disfrutaba de su libertad observando un hormiguero, el cielo, las plantas, o simplemente el infinito.

Al cabo de un rato, cuando ya había caído la noche, decidió volver a casa, y echó a andar con parsimonia, disfrutando de la brisa nocturna, y se sintió feliz.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Moving on.


Es uno de esos días frescos, agradables al tacto, en los que podrías pasarte las horas muertas mirando al cielo, sintiendo como el sol te acaricia. Y mi cuerpo, atacado por los analgésicos que mantienen a raya a una resaca de dimensiones mastodónticas, no quiere hacer hoy otra cosa que retozar y pasear, en un bucle infinito. Hoy no da para más, ha sido derruido, todas las defensas rotas, es vulnerable. La música de domingo lo ablanda, y hace de este día uno de esos para el recuerdo.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Ha llegado el otoño.


Hace frío, y por alguna de esas callejuelas se percibe el aroma de las castañas asadas...

El otoño le llegó de repente, sorprendiendo como un certero disparo en el corazón. Se encontraba, como de costumbre, buscando compañía en algún bar, cuando, sin saber muy bien como, se vio en la calle, solo y muerto de frío. Ya le habían avisado, "los malos tiempos siempre llegan sin avisar".

Y sin avisar, y con una herida sangrante en el pecho, tuvo que afrontar que se mojaría, y que pasaría frio, pues nadie iba a compartir su paraguas con él esta vez.

Hacía frío, y por alguna de aquellas callejuelas se percibía el aroma de las castañas asadas...

miércoles, 2 de noviembre de 2011

No puedo escribir...


Antes sabía escribir, porque antes podía escribir. Tenía tiempo para escribir, sin necesidad de quitarlo de otros menesteres como dormir. Porque necesito dormir, merendar, en fin, dejar descansar un poco a mis agotadas neuronas. Y escribir requiere de tiempo, hay que dejarse llevar, que la imaginación vuele. Escribir debe ser (al menos para mi), algo que salga solo, que apetezca, que no debe ser forzado. Y ahora mismo, no puedo, no me dejan.