Somos unos perdidos. La escoria de la sociedad. No nos quieren ni ver. Pero aún así, con todo eso a la espalda, somos bastante felices, porque somos los primeros, los pioneros en disfrutar de las cosas más pequeñas, los mejores desperdiciando un tiempo del que no disponemos.
Y eso les molesta, nos tienen envidia, porque no son capaces de pasar una noche lluviosa buscando estrellas fugaces en el cielo, porque atentamos contra la sensatez y no nos importa demasiado. Porque nos contradecimos a nosotros mismos. Ya les gustaría a ellos.
Y es que me niego a que me quiten lo que aún no tengo.
viernes, 15 de julio de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
QUE NO TE LO QUITEN. Y QUE NO ME LO QUITEN. claro.
ResponderEliminar