martes, 25 de octubre de 2011

Los peatones suiccidas.


Empezaba a ser problemático. Las fuerzas especiales de limpieza de asfalto (FELA) no daban a basto. A todas horas, los muertos se apilaban junto a los moribundos en las cunetas. Y lo peor de todo, los chistes de Irene Villa habían dejado de tener gracia. El caso de los peatones suicidas se había salido de madre, y había que buscar una solución antes de que se extendiese por el resto del condado, y después la nación. Pero los políticos tenían la solución.

Avisaron al gobierno central, que era lo que hacían siempre que algo se les iba de las manos, y una vez el asunto estuvo en manos del gobierno central, estos la delegaron a otros gobiernos centrales europeos de mayor importancia, y estos a EEUU. Y EEUU, hasta los cojones de resolver los problemas de los europeos, tomó una rápida decisión. Borrar Europa del mapa.

Y así fue como, por culpa de unas personas españolas que no sabían cruzar la calle, Europa desapareció.

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