martes, 13 de diciembre de 2011

Avante toda!


Nunca le había gustado afrontar las cosas, y por tanto nunca lo había echo, siempre había encontrado la manera de escapar por la puerta de atrás y dejar el tiempo correr. Ahora no sabía hacerlo. Seguía sin, en la mayoría de las ocasiones, querer, pero, en el momento en que se dio cuenta de que necesita hacer algo, simplemente no supo, y ante la falta de práctica al montar en monopatín, se calló. Como una piedra.

Y, pasados los meses, y "curada" su herida, pues hay heridas que no curan, aún no estaba preparado para, siquiera, mirar a esa tabla de skate que representó sus sueños durante aquel tiempo.

Y eso que nunca me ha gustado tanto hacer skate.

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