En muy poco tiempo he experimentado: Felicidad, odio, desconfianza, angustia, tedio, admiración y miedo. Creo que esto me hace persona. Pero es un rollo.
Últimamente la angustia, el miedo y la desconfianza vienen de los sueños, malditos sueños. No son sueños pesadillescos, pero me angustian a sobremanera. No pretendo ni de lejos compararlos con los insomnios del señor "soyfielablogger", y por supuesto no me impiden dormir, que es algo para lo que siempre he tenido facilidad, pero si me hacen volverme obsesivo, recapitular mil veces mis acciones, y reconcomerme pensando en lo que no llegué a hacer.
A parte de eso, según parece se están experimentando cambios en mi persona, lo cuál ni me gusta ni me deja de gustar. De cerca no doy miedo, cada vez soy menos borde, por lo visto me estoy centrando. Pues valla colega. Yo quería ser siempre un niño, y ahora, sin comerlo ni beberlo se me esta yendo la niñez por el ojete.
Ya he decidido que voy a hacer el año que viene. Y bueno, ya he hablado lo que tocaba para hoy, y que mejor que cerrar con una frase de otro.
"Pues como tenga que dejar las tonterías para luego, a ver qué hago mientras tanto".- No quiero madurar.
Joder, ¿por qué nadie me llama nunca por mi nombre?
ResponderEliminarCada uno con sus fantasmas, unos de las cosas que pasaron e hicieron y otros de las cosas que no hicieron ni pasaron. Pero fantasmas, al fin y al cabo.
Te echo de menos, tío.